Cada vez que llega el periodo de exámenes, el mismo problema: la sala de estudio del Centro Cultural Julio Cortázar se queda pequeña. Nuestras/os estudiantes tienen que hacer una hora de cola para asegurarse un puesto, y de llegar pasada la hora de comer, se encuentran con que todas las sillas están ocupadas. Así no se puede estudiar ni vivir tranquilas/os, el Ayuntamiento de Madrid nos debe una biblioteca de calidad con puestos suficientes para nuestras/os estudiantes y lectoras/os, con horarios dignos y servicios de calidad.
Mientras las administraciones no hacen sus deberes, desde la Asociación tratamos de paliar estos obstáculos ofreciendo nuestro local a todas aquellas personas que lo necesiten.